No duermo. Camino al baño. Me desvisto. ¿A qué le temo? Me miro sin mirarme en el espejo. Quiero descubrirlo, pero no. Costillas y cresta ilíaca, cabello obscuro larguísimo, ombligo, doble cicatriz arriba del pubis, muslos delgados, ¿será la pesadilla de hace tres meses?, carita de miedo. Soy una niñita aterrorizada. No busco más. Regreso a la cama, escribo para desahogarme. ¿Cuánto es destino, cuánto presagio?, ¿qué es cierto?
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