lunes, 3 de mayo de 2010

...Mis manos gotearon mirra, mirra fluida de
mis dedos, sobre las aldabas del candado.
6 Abrí yo a mi amado; pero ya no estaba,
mi amado se había ido: Y tras su hablar
salió mi alma, lo busqué, y no lo hallé; lo
llamé, y no me respondió.
7 Me hallaron los guardas que rondan la
ciudad: Me golpearon y me hirieron, me
quitaron mi manto de encima los guardas de
los muros.
8 Yo os conjuro, oh doncellas de
Jerusalén, si halláis a mi amado, que
le hagáis saber que de amor estoy
enferma. 

Cantar de los cantares 5:5-8

1 comentario:

Leslie Aldana dijo...

bonita mujer, buenos textos.